jueves, 30 de mayo de 2013

Ja!

Pasé el indice, de arriba hacia abajo, ni suave ni fuerte, apoyando justo lo necesario para llevarme algo de ese color naranja. Tuve el breve impulso de llevarlo hasta mi boca, pero... del gran libro pasó una hoja atras de mi y supe que no era necesario. -Con su lomo marmoleado y olor a papel deshidratado siempre aparece a su antojo: Contiene sonidos, guardados mediante caprichosos rasgos en papel , hendiduras en pasta, punta de metal-. Retrocedí entonces dos segundos y aleje el índice naranja que iba hacia mi boca, lo vi como si no supiera quien era su dueño y con el pulgar quise saber de que se trataba ésto. Hay gestos que no nos pertenecen, que solo ponen en evidencia que no somos nadie, y al dar un paso hacia atras y mirar hacia arriba uno de ellos me pareció conocido... La niebla que todo lo duerme se fue disipando... no completamente, pero al menos lo suficiente para constatar mi recaída. Allí estaba, otra vez mas, parado frente al enorme portón, y lo que tenía en la yema del índice derecho era polvo de bisagras. No se, no puedo saberlo, cuantas veces he llegado hasta aquí, las imágenes se empujan unas a las anteriores y no llevan a un tiempo preciso.